domingo, 1 de febrero de 2015

CASOS OVNI DE SALTA (ARGENTINA)

La región Norte de la Argentina encierra una larga historia de enigmas. Un lado misterioso que es parte muy importante de la cultura de sus habitantes. Y en los últimos años, un misterio se repite cada vez más en los cielos salteños: las apariciones de ovnis. Los reportes se repiten, muchos sorprendentes, otros dudosos. Incluso, con eventos cercanos a los llamados "encuentros del tercer tipo". En ciudades o parajes solitarios, en montañas, selvas o en ríos y diques, los fenómenos OVNI son cada vez más frecuentes. Por otra parte, la masificación de tecnologías que pueden registrar este tipo de eventos, nos brinda la posibilidad de acceder a una cantidad de diversos testimonios. Pero son hechos que desde hace mucho suceden en Salta (Argentina). El Cono de Arita es una formación atípica, que muchos consideran natural, aunque es única en el mundo. En abril de 1956, un "cigarro volador" sobrevoló cuatro veces en el mismo día el misterioso cono. Se tomaron fotografías, dando inicio a la "ovniología" en la Argentina. En esos días, una violenta explosión sacudió las laderas del Nevado de Macón, una cumbre situada cerca del Cono, en Tolar Grande. En enero de 1957 una expedición dirigida por el médico José Cerato, escaló el Macón y lo que encontraron fue, según el relato de Cerato a la prensa, "una serie de rastros similares a los que podrían dejar máquinas muy pesadas, de base plana, que hubieran aterrizado en el lugar". El 25 de septiembre de 1956, las agencias de prensa argentinas informaron sobre un avistamiento OVNI en Pajas Blancas, en Salta. Varios testigos vieron el aterrizaje de una extraña aeronave en forma de huevo. A pesar de su gran tamaño, se elevó livianamente en espiral. El 27 de junio de 1962, los salteños vieron en el cielo un enorme "plato resplandeciente" que se quedó por varios minutos suspendido sobre la Capital. De él cayó una sustancia, descrita para el diario El Tribuno por un testigo, como un "fino polvillo ceniciento". El 12 de julio de 1968, la salteña Elisa Medina, oyó un ruido que vino desde el cielo. Entonces advirtió cómo un potentísimo haz de luz iluminaba los alrededores. Comenzó a gritar, pero una fuerza extraña la inmovilizó, dejándola "como pegada al suelo". En mayo de 1978, cayó un OVNI cerca del parque nacional de Baritú. La Gendarmería localizó extraños restos metálicos cerca de Santa Victoria Oeste. El 6 de mayo de 1978, un objeto cilíndrico, con una estela llameante tras suyo, fue observado por miles de personas. Finalmente el objeto impactó la montaña El Taire, en Bolivia. Dejó un rastro de 300 mts de hondo, 500 de ancho y 1,5 kilómetros de largo.



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