miércoles, 2 de abril de 2014

LA NAVE INTERGALÁCTICA DE EKATERINA

Ekaterina Trúsheva, es una niña rusa de tan sólo 13 años, que inventó una nave para viajar a otras galaxias. La idea de crear una nave intergaláctica nació cuando la niña de 13 años, se enteró en el colegio de que algún día el Sol se tragará a nuestro planeta. Como combustible utilizara el medio ambiente interestelar, el cual en un 70% consiste de hidrógeno. El hidrógeno sería "captado" por un embudo magnético, luego sería comprimido y calentado por reacción termonuclear, posteriormente se aceleraría y se lanzaría de nuevo al espacio interestelar, proporcionando de esta manera la velocidad necesaria. Tras finalizar la búsqueda de una tecnología a la vez segura, económica y fácil, la autora del proyecto escogió un propulsor de uniflujo termonuclear y un propulsor de uniflujo fotónico como motores para su nave galáctica. Estos propulsores permitirán acelerar la marcha lo suficiente para alcanzar la estrella más cercana a nuestro sistema solar, Alpha Centauri, en tan solo 42 años. Las naves espaciales existentes necesitarían 50.000 años para hacerlo. En total, a bordo de Tierra subirían 500 personas, principalmente familias. Todos los alimentos serían sintetizados o cultivados a bordo de la nave a través del método de la hidroponía, que no requiere suelo agrícola. Los gastos para construir la nave galáctica serán mínimos y se rentabilizarían por completo a cargo de los turistas que desearan viajar, sostiene la joven innovadora. La niña de 13 años, espera ser algún día la capitán de su nave espacial y dirigirse a otras galaxias. El director del Instituto Internacional de Educación Espacial de Alemania, Ralf Heckel, supo del proyecto y escogió a Ekaterina Trúsheva para participar con su equipo en la competición de construcción de astromóviles para la exploración humana de la NASA.

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