Alcanzada la primera mitad del siglo XX, Madrid (España) se elevó como uno de los puntos marcados en rojo dentro del mapa mundial de avistamientos OVNI. Así consta, según la web «Project Blue Book», en unos archivos desclasificados a comienzos de 2014 en los que se incluye el estudio de ocho casos en España, cuatro de ellos en Madrid, a cargo del ejército estadounidense. Los expedientes, una mínima parte entre los 140.000 que recoge el portal, remiten a extraños objetos que fueron avistados en la región, especialmente en la base de Torrejón de Ardoz, utilizada por las fuerzas aéreas norteamericanas hasta 1992. El primero de los avistamientos data de agosto de 1955, cuando un alto mando estadounidense avistó en el norte de la región un objeto blanco, con forma de globo. Según el testimonio recogido, cambió en dos ocasiones de forma; de esférico a plato y viceversa, hasta desaparecer en el horizonte. El testigo, un piloto militar, contaba con una dilatada experiencia e insistió en que nunca había visto nada similar en sus años de ejercicio, tanto en el ejército como en su paso por aerolíneas civiles. En el archivo figura igualmente el testimonio de un meteorólogo que añadía que su departamento lanzó un globo a la misma hora. La conclusión alcanzada fue que el objeto «desconocido» era ese mismo globo. Cinco años después del primero, también en agosto, un grupo de trabajadores de la base de Torrejón de Ardoz vio una bola de fuego, del tamaño de una pelota de tenis, que surcaba el cielo del municipio con un potente brillo amarillo y verde. Con una trayectoria anómala para ser considerado como algo reconocido, los archivos concluyen que se trató de un fenómeno astronómico. Los nuevos avistamientos OVNI registrados en la investigación datan de 1961 y 1965, respectivamente. En el caso del primero, también un objeto brillante cruzó el cielo durante un intenso y asombroso trayecto de unos tres segundos. Aunque las investigaciones posteriores determinaron que se trataba de un meteorito, dos sargentos de las fuerzas aéreas de Estados Unidos aseguraron que se trataba de algo completamente inusual. En el segundo, de nuevo en Torrejón, un grupo de civiles avistó un objeto volador (también visto en la base de Morón) que, según el estudio de años después, resultó ser un satélite.
En cualquier caso, a colación de tales sucesos, fue la propia CIA quien hizo saber que muchos de estos supuestos avistamientos obedecían a las prácticas que ellos desarrollaron, entre 1954 y 1974, con aviones espías de alta cota para conocer de primera mano las actividades de la URSS.
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